El Papa Francisco, un hombre de palabra

El Papa Francisco, un hombre de palabra, se estrenó en las salas españolas el pasado viernes, 28 de septiembre.

En un primer momento uno no sabe cómo reaccionar… ¿Una película sobre el Papa? No es algo común verlo en las carteleras, y menos aún cuando se trata del actual Pontífice. Más actual que nunca, tal vez, este mes de octubre en el que ha lanzado a todos una importante invitación a rezar el Santo Rosario, para pedir a María y al Arcángel San Miguel que protejan a la Iglesia en estos momentos de gran turbulencia.

Volviendo a la película, se trata en realidad de un documental elaborado con entrevistas en las que Francisco mira a la cámara ‑el Papa en persona nos mira a ti y a mí‑, que se intercalan con imágenes de su pontificado. Lo más relevante, quizá, sea saber que el documental responde a un encargo del propio Vaticano encomendado hace cuatro años al veterano director alemán Wim Wenders. Entre otros méritos, Wenders cuenta con varios premios en el Festival de Cannes, un BAFTA, un León de Oro en el Festival de Cine de Venecia, y además ha sido nominado al Oscar en tres ocasiones. No es, por tanto, un Don Nadie. Es un cineasta de reconocido prestigio.

Pero no solo la dirección es de Wenders; también ha escrito el guion, de modo que la enorme responsabilidad de retratar al Papa y a la Iglesia ha sido confiada a este alemán criado en el catolicismo, que pronto viró hacia el protestantismo y que actualmente recorre las sendas del ecumenismo, esto es, la unión de todas las iglesias cristianas. O, dicho de otra forma, el Papa se ha puesto en manos de un director no católico, al que se le ha dado, además, total libertad creativa. Una apuesta arriesgada cuyo resultado es exquisito.

Exquisito porque nos acerca a la figura de Francisco a través de unas imágenes y un mensaje que enamoran al espectador desde el principio. Para los católicos es un apasionante manual práctico de cómo ser santo en el siglo XXI. Para los no católicos es una guía de valores sobre los que sustentar una vida que merezca la pena ser vivida. Y a todos los amantes de San Francisco de Asís, Wenders se esfuerza por descubrirles las notables similitudes entre los anhelos de este Papa y los del santo italiano. Por algo Bergoglio eligió el nombre de Francisco. Por algo es la pobreza el eje central de su pontificado.

Te hablará mirándote a los ojos, te cautivará y –espero‑ hará cambiar algo en ti, como hizo conmigo. No lo olvides, tienes una cita con el Papa en la gran pantalla.

 

Guillermo de Lara

 

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