Santa Lucía (A)

Lectura del santo evangelio según San Mt (11, 16-19)

«¿A quién se parece esta generación? Se parece a los niños sentados en la plaza, que gritan a otros: “Hemos tocado la flauta, y no habéis bailado; os hemos cantado lamentaciones, y no habéis llorado”. Porque vino Juan, que ni comía ni bebía, y dicen: “Tiene un demonio”. Vino el Hijo del hombre, que come y bebe, y dicen: “Ahí tenéis a un comilón y borracho, amigo de publícanos y pecadores”. Pero la sabiduría se ha acreditado por sus obras».

 

 

 

 

 

 

Comentario

¿A quién se parece esta generación?

Cada generación siente que es única y que sus aportaciones a la historia de la Humanidad se basan sobre los cimientos de la anterior, pero hay algunas características a modo de fondo que se mantienen incólumes a través de los años por mucho que a una generación y a la siguiente le suenen nuevas. En el fondo, todos tenemos una pulsión contestaria que nos hace edificar nuestra identidad en contraposición a la de la generación de nuestros padres. Somos como esos niños malcriados a los que alude Jesús, que no bailan cuando toca ni hacen duelo cuando es el momento. Siempre van a contracorriente, pensando que ahí reafirmarían su identidad. El alejamiento de la Iglesia, el abandono de sus enseñanzas y la ridiculización de su doctrina fue durante mucho tiempo bandera de una generación que sentía que así construía su imaginario colectivo en contraposición a la de sus padres. Pero el movimiento que empieza a detectarse tímidamente revela que esa generación contestataria ya está de vuelta. Y que ha comprendido, al fin y al cabo, que lo que toca es llorar con los que hacen duelo y bailar con los que tocan la flauta.

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