“El silencio nos permite acoger el don de la unidad como Cristo quiere”

María Espinosa Mora
Morón de la frontera, Sevilla (1999)
Maestra y psicopedagoga.

María, junto a 500 jóvenes de diferentes diócesis de España ha participado en el encuentro pre sinodal Together, organizado por la secretaría del Sínodo sobre la Sinodalidad, celebrado en Roma, del 29 de septiembre al 1 de octubre, coordinado por la Comunidad Ecuménica de Taizé.
“El encuentro ha consistido en una vigilia ecuménica de oración en presencia del papa Francisco y representantes de diferentes Iglesias. Miles de personas, entre ellas muchos jóvenes, escuchamos la Palabra de Dios en un ambiente de alabanza y oración, meditamos con las palabras del Santo Padre y fuimos testigos de los diferentes momentos que componían la vigilia (testimonios, gestos simbólicos, oraciones de intercesión, cantos). Todo ello, en un escenario tan impresionante como la Plaza de San Pedro”.

El programa ha ofrecido la oportunidad de asistir a talleres y actividades en diferentes templos de Roma. María pertenece a la Delegación Diocesana de Pastoral Universitaria y de Pastoral con Jóvenes. “Durante mi adolescencia pertenecía al grupo de pastoral juvenil de mi colegio. Desde que comencé mis estudios universitarios he tenido la suerte de vivir mi fe y la vida cristiana de la mano de la pastoral universitaria. A través del Servicio Universitario de Asistencia Religiosa de la Universidad de Sevilla (SARUS) durante todos estos años he ido conociendo más a Dios y a la Iglesia a través de las distintas posibilidades que ofrecen a los jóvenes: oración, formación, voluntariados, peregrinaciones, Camino de Santiago, Jornada Mundial de la Juventud”.

El silencio hecho oración

De todo el encuentro sinodal, esta joven sevillana se queda con las palabras pronunciadas en distintos momentos por el Santo Padre, “porque han hecho plantearme que el silencio es un elemento imprescindible en la vida del creyente, en la vida de la Iglesia y en el camino de la unidad de los cristianos. Vivimos en un mundo lleno de ruidos que nos impiden escuchar la voz que verdaderamente importa y que es fundamental en este contexto ecuménico. El silencio hecho oración nos permite acoger el don de la unidad como Cristo la quiere”.

Asegura que una de las cosas que más ha disfrutado además de la oportunidad de poder rezar en presencia del papa Francisco, ha sido el profundo respeto entre todas las iglesias, tanto en los líderes religiosos como entre todos los participantes del encuentro. “Ha sido una experiencia única y muy enriquecedora, constantemente me he dejado sorprender por el Señor. He aprendido mucho sobre Dios y la Iglesia a través otros jóvenes de diferentes diócesis, movimientos y religiones”.

Como rasgo llamativo, María destaca la acogida de las parroquias italianas en la que los jóvenes españoles han convivido el fin de semana. “Ha sido un auténtico regalo. Sacerdotes, seminaristas, familias y jóvenes se han volcado con nosotros y nos han recibido con muchísimo cariño en sus comunidades parroquiales. En la Eucaristía dominical nos sentíamos como en casa”.

Añade que si tuviera la oportunidad repetiría la experiencia sin pensarlo. “Siempre es buen momento para orar, encontrar a Dios en el silencio y la unidad y caminar con otros como Pueblo de Dios”.

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