Tiempo de confinamiento, tiempo de Gracia

En este tiempo de confinamiento, podemos descubrir la verdad, la verdadera libertad…

Muchos de nosotros vivimos en nuestra familia como pasando de puntillas, todo el día andamos enredados de una cosa a otra, y luego por la noche en ese momento en el que podemos estar todos juntos, suele suceder que como ya estamos cansados de tanto ajetreo, y de hacer cosas, no tenemos ganas ni de convivir los padres con los hijos, los hijos con los padres y ni entre nosotros los esposos.

Y esto lo digo por experiencia… y así pasan y pasan los días, meses, y se nos está pasando esta vida tan maravillosa que tenemos y que Dios nos ha regalado para que disfrutemos de ella.

Y ahora que desde hace unos días se decretó un parón para todo el país,  parón para las escuelas, parón para algunos trabajos (desgraciadamente), y que nos encontramos en familia, no sabemos cómo convivir tanto tiempo juntos, no sabemos estar en casa, en nuestro hogar y ¿qué nos pasa?… que estamos como “gallinas en corral ajeno” y decimos ¡qué tiempo más desaprovechado!

Pero yo te diría que no, para nada… este tiempo nos debe servir para reorganizarnos, en casa, en familia y ver y apreciar qué cosas son las realmente importantes en nuestra vida.

¿Cómo?

Fijaos, en estos días miraba por mi ventana y vi como los pájaros y palomas se juntaban todas para revolotear y eran las dueñas de las calles, algo que no se veía desde hacía tiempo por la cantidad de coches y personas que siempre pululan por mi calle.

Pues igual podemos hacer nosotros en Familia, vivir un tiempo nuevo y analizar cómo estamos viviendo de forma individual y de forma conjunta la vida familiar y cambiar todo lo que no nos sirve para ser felices de verdad.

¿Por dónde empezar?

Tenemos que hacer que todos y cada uno se sientan bien, acogidos, escuchados, acompañados, comprendidos, lo que llamamos… a gusto en nuestro hogar, reforzados y protegidos. Y para ello hay varias herramientas que  nos  pueden ayudar a conseguirlo y a tener una buena convivencia, y así hacer de estos días de confinamiento una oportunidad magnífica de mejorar en nuestras relaciones familiares, un momento único de AMOR FAMILIAR, solo nos falta entrenarnos y verás cómo lo conseguimos.

No hay nada más bello que una FAMILIA UNIDA. Para empezar:

Aunque estemos encerrados en casa, podemos vivir la aventura de crecer espiritualmente, como familia y cómo sociedad. Transformando este tiempo de espera en tiempo de crecimiento y no de aburrimiento.

Poco, a poco vamos a ir publicando notas sobre estas herramientas que podemos practicar y poner en marcha en nuestras familias.

Compártelas con ellos y con otras familias.

Delegación de Familia y Vida 

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