El hecho in/esperado

El hecho in/esperado. Mujeres en el Opus Dei (1930-1950)

El título es quizá el primer acierto de este nuevo libro de la serie “Monografías” que el Instituto Storico San Josemaría Escrivá, con sede en Roma, viene editando. Una serie de libros destinados a dar a conocer el Opus Dei, uno de los fenómenos más significativos de la Iglesia Católica durante el siglo XX. Un fenómeno que en 1928 pareció a su joven fundador exclusivamente masculino, pero que el 14 de febrero durante la Misa “vio” que debía abrir a las mujeres, por su mismo carácter universal. Algo que su mensaje, la santificación del trabajo en la vida cotidiana, como fruto de ser y sabernos hijos de Dios abocados a ponerle en el centro de las actividades humanas, era evidente. Resultaba imposible que las mujeres, más de la mitad de la población, quedaran excluidas de un mensaje vocacional que venía a dar sentido a la vida humana en medio del mundo como camino hacia nuestro Creador.

El hecho in /esperado, esperado… esperable, podría decirse. No cabe duda, si nos atenemos a sus declaración, que Escrivá de Balaguer recibió ese día una moción divina para incorporar a las mujeres al nuevo carisma. Sin embargo hay que reconocer que ello constituía un reto en 1930, momento en que la mujer española, por más que la I República le diera el voto un año después, en absoluto estaba emancipada. Una sociedad patriarcal la conducía del padre al marido, en una total dependencia para lo más cotidiano. Por no hablar de que el tipo de educación que recibía la enfocaba al hogar, donde estaba llamada a ser esposa y madre (cultura general, labores…). Con un añadido: la sociedad media / alta en que muchas se movían la convertía en una inútil para lo práctico, dado que se contaba con un buen servicio doméstico encargado de esas tareas.

El asunto no tiene nada que ver con la capacidad femenina para ser ciudadana, es decir, compartir junto al varón las tareas sociales haciéndolo compatible con su papel en el hogar. Aunque hay que reconocer que la sociedad no lo ha resuelto con éxito a lo largo de un siglo en que hombres y mujeres buscan compatibilizar ambos frentes (el privado y el público), generando un nuevo modelo de familia.

Volvamos al libro. Está escrito por dos mujeres profesionales (historiadora y periodista) que llevan años trabajando en este campo; Montero publicó un libro sobre las mujeres en el siglo XX y Alva escribió varios artículos sobre las mujeres en el Opus Dei. Ahora ponen en común su experiencia y saber para alumbrar el nacimiento de estas últimas (las mujeres del Opus Dei) en un carisma que todavía no tenía un estatuto jurídico definitivo, un fenómeno novedoso con el que el fundador se adelantó un siglo a su época. Apasionante, pero difícil de explicar a las autoridades eclesiásticas del momento, muy clericales, y al común de la gente de a pie.

Con unas fuentes y una bibliografía muy sólidas reseñadas al final (diarios, documentos originales) y un glosario sobre los términos específicos utilizados en la Obra (“centro de estudios”), aunque casi siempre tomados del cristianismo sin más (“vela al Santísimo”), el libro se divide en siete capítulos desde lo exterior hacia lo específico. En efecto, el primero contextualiza la situación de la mujer española en los años treinta y cuarenta del siglo XX. Y a partir del segundo, se centra en el objeto de estudio: Las primeras mujeres del Opus Dei (II), Un segundo comienzo (1937-1942) (III), Abrir nuevos caminos: las pioneras del Opus Dei (1942-1945) (IV), Minerva. Una editorial de mujeres y para mujeres (1943-1946) (V), La residencia para universitarias Zurbarán (Madrid, 1947-1950) y La formación de las primeras mujeres del Opus Dei (1945-1950).

Es un libro muy testimonial, en el sentido de que se ajusta escuetamente a los datos y nunca cae en impresionismos o juicios de valor. Con un punto de vista lo más objetivo posible, va rastreando la documentación y así el lector ve surgir el nuevo fenómeno de primera mano, como si pasara ante sus ojos en una pantalla cinematográfica. Ello se debe al punto de vista adoptado por las redactoras: los capítulos I, II y IV están a cargo de I. Alva y los tres últimos de M. Montero. Ellas deben testimoniar, a la luz de las fuentes sintetizadas, el nacimiento de un carisma, de una vocación “nueva como el Evangelio y como el Evangelio vieja” en la que se ven de golpe involucradas las mujeres de la posguerra española. En ese sentido, ha sido un acierto dadles la palabra en el capítulo III a Gloria y Lourdes Toranzo, protagonistas de los acontecimientos, lo que da al relato la pasión de lo vivido.

El lector actual debe hacer un esfuerzo: el contexto era radicalmente distinto. Un contexto muy religioso, donde la Acción Católica y otros grupos se abrían paso desde la jerarquía. Un contexto de gente buena, que buscaba encauzar su vida tras la contienda civil y a la luz de lo divino. Este el caso de muchas de las mujeres que van desfilando por el libro, mujeres bien intencionados, pero lastradas por la formación clerical de la época y por los impedimentos culturales y de formación, civiles… La mujer comenzaba a acercarse tímidamente a la universidad y algunas como Guadalupe Ortiz de Landázuri, recientemente beatificada y que abrió el Opus Dei en México tras formarse en su tierra, se habían licenciado, en su caso en Químicas. Pero todavía eran excepcionales.

Entender algo que, salvando casi veinte siglos, entroncaba con la vida de los primeros cristianos relatada en los Hechos de los apóstoles podía tener su aquel, lo que explica un comienzo frustrado y un nuevo comienzo posterior. Algo tan simple como la santidad en la vida ordinaria y tan actual después del Concilio Vaticano II y de la encíclica del papa Francisco; por supuesto, después del mensaje del Opus Dei desde 1928, era entonces inconcebible para la mayoría. Para ellos estaba clara la opción del celibato en los sacerdotes y en las religiosas, en la vida consagrada. Y nada más. Una vocación especial no era compatible con ser laico en el mundo. Y el Opus Dei demostró, a través de hombres y mujeres que puede, que debe hacerse, que ese es el sentido de nuestra vida durante la etapa terrenal, que se prolonga después en el cielo sin solución de continuidad. Esa es la perla escondida que buscamos desde el comienzo del mundo y no queremos volver a perder, desde que Escrivá de Balaguer nos lo transmitió, de forma pionera asumida después por la Iglesia católica en el XX.

Merece la pena rescatar la vida, el testimonio de estas primeras mujeres que se dejaron la piel en poner en marcha el Opus Dei, fiándose de un joven sacerdote que solo tenía pocos años y buen humor, como los apóstoles se fiaron del Señor. Fue una locura, pero abrió un camino luminoso para muchas mujeres de nuestros días.

María Caballero


 

El hecho in/esperado. Mujeres en el Opus Dei (1930-1950).

Eds. Inmaculada ALVA y Mercedes MONTERO.

Madrid, Rialp, 2021, 324 págs,

ISBN 978-84-321-5367-9

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