Fernando Rielo: «De un beso del padre»

Los misioneros identes este mes de agosto llegamos al cénit de este año dedicado al centenario del nacimiento de nuestro fundador Fernando Rielo, que se produjo en Madrid el 28 de agosto de 1923.

La característica fundamental de su vida fue su conciencia filial. Una pasión por el Padre que en un momento dado le hizo saber que había sido creado con un beso y que con un beso habría de morir (y así fue porque se produjo su tránsito en un segundo, el que dura un beso), y de cuya presencia tuvo la impresión incluso antes de nacer, como dijo en incontables ocasiones. Es una experiencia tan profunda que le marcó para siempre. Justamente el 28 de agosto de 1939, día en el que cumplía 16 años, fue la voz del Padre la que se le hizo palpable en Valsaín (Segovia) llamándole a ser santo. Le prometió que así lo haría. Y cumplió plenamente su palabra hasta el fin de su existencia en Nueva York el 6 de diciembre de 2004.

En Sevilla tuvimos la gracia de contar con la presencia de nuestros queridos arzobispos, del actual don José Ángel y del emérito don Juan José, que dedicaron hermosas palabras a nuestro Fundador en los dos actos que ya se celebraron en diciembre del pasado año: la solemne misa oficiada en la capilla de Nuestra Señora de los Reyes, de la catedral hispalense, y la presentación de la obra de Fernando Rielo:  “En el corazón del Padre” en el Ateneo de Sevilla.

El próximo día 20 en Constantina, donde los misioneros identes tenemos el monasterio “La victoria de san José”, localidad de la que son párroco y vicario parroquial respectivamente dos miembros de la comunidad, se estrenará el documental “De un beso del Padre. Hitos de la vida de Fernando Rielo”, ofreciendo por vez primera la cronología de una existencia de innegable riqueza como muestra el ingente legado espiritual e intelectual que ha dejado ya que, además de ser fundador del Instituto religioso de misioneras y misioneros identes y de otras fundaciones, Fernando Rielo fue pensador, filósofo, metafísico, escritor, poeta, un promotor de la ciencia, del humanismo y de la mística. Y todo ello siempre sobre el lienzo del amor al Padre, al que quiso que sus hijos espirituales dedicasen igualmente su vida. De ahí su ardiente petición: «Ayudadme todos, como yo quiero ayudaros a todos, a que la palabra Padre sea cada día más pulida, más tierna, con mayor contenido, con mayor magnitud, con mayor grandeza, hasta que quede perfectamente cincelada y consumada. Que la palabra Padre sea la mejor pronunciada en este mundo, y que seáis los misioneros identes los que mejor la pronunciéis, que esta palabra os haga famosos».  (San Cristóbal de La Laguna, Tenerife, 6 de enero de 1974).

Rogamos sus oraciones. Próximamente se podrá ver este documental en Sevilla.

 

Isabel Orellana Vilches

 

Post relacionados