“¿Por qué dar el 50% cuando puedes dar el 100%?”

Filli Gutiérrez Augusto.  Esclava del Divino Corazón
Coordinadora de Pastoral del Colegio Sagrado Corazón

Ser Esclava es para Filli tener la libertad para decirle al Señor “lo que Tú quieras, donde Tú quieras y como Tú quieras”. Esta entrega fue definitiva cuando hizo su profesión perpetua el pasado 8 de septiembre, día de la Natividad de la Virgen: “Mi ser Esclava me lleva directamente a María, a aquella que en el momento en el que supo que la propuesta del Señor era obra de Dios no preguntó más. Él me ha hecho a mí la propuesta, y si viene de Él, no pregunto más”.

Esta propuesta empezó a descubrirla cuando ella ya había emprendido otros caminos. Filli estudió Filología Francesa e impartió clases durante varios años en institutos de Almonte, Andújar y Cartaya. Pero siempre tuvo la inquietud de dedicar todo el tiempo libre que le quedaba durante la semana a su parroquia de Pilas y, los veranos, a las misiones: “Me di cuenta de que hacer feliz a los demás anunciando el Reino de Dios era lo que me hacía feliz a mí. Aunque me preguntaba: ¿merece la pena entregar el 50% de tu vida cuando está la oportunidad de dar el 100%?”.

“Si viene de Él, no pregunto más”

Una persona fundamental en su proceso vocacional fue Francisco Ortiz, su párroco. Él la puso en contacto con las Esclavas del Divino Corazón, con las que hizo una Marcha Spínola. “A los diez días me fui a Tierra Santa, y allí fue donde descubrí que era tiempo de tomar opciones y de no tener miedo”. En 2008 ingresó en el postulantado en Málaga, donde se sumergió en el carisma Spínola, “cuyas claves son la cercanía, la sencillez, el trato de corazón a corazón, la alegría en las relaciones”. Después de dos años de noviciado en Málaga y Quito, hizo sus primeros votos el 8 de septiembre de 2012, y desde entonces ha estado vinculada a la pastoral del colegio Sagrado Corazón. Cinco años después le ha dado su sí al Señor para ser su Esclava para siempre, respondiendo a una invitación clara que Él ha puesto en su corazón: “Ven conmigo para, junto conmigo, generar cauces de misericordia”.

 

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