Nuestra fe es revolucionaria

El Papa Francisco ha dicho en Quito “Nuestra fe es revolucionaria. Los cristianos no pueden hacerse los distraídos en un mundo lacerado. Evangelizar es nuestra revolución; es nuestro más profundo y constante grito”. En la Encíclica Laudato Si el Papa utiliza numerosos conceptos para transmitir su mensaje de transformación. De hecho en sus discursos por el mundo emplea un lenguaje que puede chocar a algunos, utilizando conceptos como revolución o utopía. Como ecólogo siempre me gustó ese pasaje de las Sagradas Escrituras que dice “Mira los lirios del campo y las aves del cielo que ni tejen ni hilan pero el Padre Celestial vela por ellos”. Es la maravillosa sinfonía de la Creación. Debe hacernos pensar esta bella y ecológica frase como realidad y como metáfora. Los que tienen deben velar por los que no tienen; es un mandato divino. No hacerlo es contrario a la ley de Dios.

El Papa transmite un mensaje universal, para toda la humanidad, papa francisco en Quitoun mensaje más necesario que nunca, pero los católicos lo debemos observar y seguir de forma escrupulosa. En el libro El Club de los Optimistas Incorregibles, de Jean Michel Guenassia, editado por RBA en 2010, se dice que el mundo se divide en explotadores y explotados. Uno no elige cuando nace donde se ubica. Los explotados tienen difícil cambiar de clase. Pero los explotadores pueden dejar de serlo. De esto nos habla el Papa en su Encíclica, el Cuidado de la Casa Común.  En esto tenemos que pensar, y actuar en consecuencia. Los cristianos no podemos hacernos los distraídos ni mirar para otro lado.