Pablo Foronda Robles: «El encuentro con Jesús aportó serenidad a mi vida»

Soy Pablo Foronda Robles, hice mi cursillo de cristiandad, el 748, hace 2 años y 10 meses.

Cuando me comentaron que tenía que dar testimonio en la Ultreya de la Conversión de San Pablo, lo primero que hice fue investigar cómo era la personalidad de Saulo y encontré las siguientes características:

Era un hombre al que no le gustaba que le llevaran la contraria. Era muy competitivo y no aceptaba el fracaso o el rechazo. Estaba habituado a desarrollar sus propios planes y estrategias. Y hasta ese momento, se vanagloriaba de su pasado, de todo lo que era y había hecho.

Me volví hacia mi pareja después de leer esta definición y le dije que era igual que yo antes de hacer mi cursillo. Por si no fuera bastante, ella me miró y me dijo que si quería, podía enumerar alguna más. Ahora, por supuesto, reconozco que tenía un carácter muy egocéntrico.

Este encuentro con Él aportó serenidad a mi vida, ya que entendí que solo tengo que dejarme llevar y no malgastar energía intentando dirigir. He aprendido a perder batallas y a saber anteponer los intereses de los demás a los míos. Todo eso, nos ha permitido mejorar nuestra relación familiar.

Mi pareja hizo su cursillo antes que yo, el 747. Su hijo, el encuentro una semana después. Y a la siguiente lo hice yo. Nos confirmamos los tres en la Catedral un mes después.

En ese momento, estábamos casados por civil y se despertó en nosotros la necesidad de poner a Dios en medio de nuestra pareja. Pero nos encontramos con una piedra en nuestro camino. Ella tenía que conseguir la nulidad matrimonial. Esta andadura, al igual que la formación de San Pablo, ha durado casi tres años. Pero ha servido para aprender muchas cosas y para terminar de cicatrizar una herida que todavía estaba abierta. También nos ha servido para reconocer el amor, ya que muchas personas nos lo han demostrado, sin apenas conocernos.

Por supuesto, también hemos tenido momentos malos, pero con amor, todo se sobrelleva mejor. Como muy bien resume San Pablo en la carta a los Corintios: “ya podría tener el don de la predicación y conocer todos los secretos y todo el saber; podría tener una fe como para mover montañas… que si no tengo amor, no soy nada”. Nosotros hemos encontrado estos hermanos que nos ha enviado el Señor para darnos fortaleza desde el amor.

Cuando se confía en Cristo todo llega y a final de año, llegó la feliz noticia de la nulidad. Si Dios quiere, nos casaremos en unos días en la capilla de nuestra casa de cursillos, donde tuvimos nuestro encuentro definitivo con Él.

De Colores

Testimonio en la Ultreya de la conversión de San Pablo del Movimiento de Cursillos de Cristiandad de Sevilla.

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