Virgen del Carmen (C)

Lectura del santo evangelio según san Mateo (11,20-24):

En aquel tiempo, se puso Jesús a recriminar a las ciudades donde había hecho casi todos sus milagros, porque no se habían convertido: «¡Ay de ti, Corozaín, ay de ti, Betsaida! Si en Tiro y en Sidón se hubieran hecho los milagros que en vosotras, hace tiempo que se habrían convertido, cubiertas de sayal y ceniza. Os digo que el día del juicio les será más llevadero a Tiro y a Sidón que a vosotras. Y tú, Cafarnaún, ¿piensas escalar el cielo? Bajarás al infierno. Porque si en Sodoma se hubieran hecho los milagros que en ti, habría durado hasta hoy. Os digo que el día del juicio le será más llevadero a Sodoma que a ti.»

 


Comentario

El día del juicio.
Así, con punto final. Que suena más definitivo, inapelable, sin instancia superior a la que recurrir. El día del juicio que sintieron llegar a lo largo de tantos siglos tantos y tantos marineros que naufragaron e invocando a la Virgen del Carmen, cuya memoria litúrgica festejamos hoy, se sintieron a salvo. No es mal asidero el escapulario de la Virgen del Carmen no para tomarlo como un amuleto milagrero sino para recordarnos que en cualquier momento se nos puede llamar a juicio. Y que, entonces, más vale que nuestra fe nos auxilie y nuestra caridad hable por nosotros. Jesús le reprocha a las ciudades de Corozaín y Betsaida, al otro lado del mar de Galilea, que sean duras de corazón y que no hayan entendido nada de los muchos signos que ha obrado. Porque todos esos milagros tenían un significado claro a  que sus habitantes han decidido ignorar. En tu vida cotidiana, sin ir más lejos, se están sucediendo los signos del amor misericordioso del Padre, lo único que nos va a salvar el día del juicio final. ¿Tú también has decidido ignorar todos esos signos antes de que se le ponga el punto final a este mundo?

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