Top Gun: Maverick

Tom Cruise vuelve a ponerse en la piel de Maverick, 36 años después, para rodar la secuela de “Top Gun (Ídolos del aire)”: una cinta de 1986 que se convirtió en un icono. Lo hace con un reparto que recupera parte del original y suma nuevas caras con gran acierto. Hasta tal punto que ya es la película más taquillera del año en USA y uno de los mayores éxitos del renombrado actor.

Entre las incorporaciones destacan Ed Harris (“El show de Truman”, 1996), Jon Hamm (“Mad Men”, 2007-2015), Jennifer Connelly (“Requiem por un sueño”, 2000) y Miles Teller (“Whiplash”, 2014), que junto al resto del talentoso elenco aportan una excelente calidad interpretativa al largometraje.

La historia se desarrolla teniendo en cuenta las más de tres décadas que separan ambas entregas y nos presenta a un Maverick maduro, pero que no se ha movido del asiento de su avión de combate. A pesar de estar altamente condecorado, ha evitado ascender en la cadena de mando para seguir haciendo aquello que le gusta: volar.

Cuando, a causa de una insubordinación, parece que su carrera está por terminar, le asignan una tarea de gran importancia: instruir a los mejores pilotos de la Marina para llevar a cabo una misión casi suicida. Entre los aviadores se encuentra Rooster (Miles Teller), hijo de Goose, el que fuera su íntimo amigo fallecido en la “Top Gun” original.

Este encuentro provoca desavenencias entre Rooster y Maverick, asperezas que han de limar para cumplir el cometido asignado. Y, por supuesto, el protagonista ha de ganarse la confianza de un grupo marines con gran ego, sin dejar de lado su vida fuera de las pistas.

Partiendo de estas premisas, se desenvuelve una trama que atrapa al espectador en una espiral de tensión y emociones hasta alcanzar su cénit en los últimos compases del filme. Es una propuesta hecha a la vieja usanza, que recuerda a los clásicos de acción, pero que no abusa de la violencia; apenas aparecen escenas de guerra.

Para aquellos enamorados de la aviación, o que disfruten de la adrenalina, es una gran opción para ir al cine. Aunque se echan en falta valores más sólidos, subraya la importancia de la tenacidad, la constancia y la audacia. Podría decirse que ofrece entretenimiento de calidad para adultos y jóvenes adultos. Nada más allá pero, con esto en mente, merece la pena verla.

Guillermo De Lara

 

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