La vocación que nació en la hermandad

Manuel Jesús Robledo es graduado en Historia y seminarista de 3º Curso. Tiene muy claro que los jóvenes de hoy tienen dudas, esperan respuestas y quieren ser escuchados.

Es difícil situar el inicio de la vocación a lo largo de una vida, porque en la mayoría de los casos está latente desde muy temprana edad. Tampoco es fácil descifrar las motivaciones que la desencadena, aunque para el seminarista Manuel Jesús no lo es tanto: “estoy seguro de que el ámbito cofrade puede ser un fermento para la vocación sacerdotal de los jóvenes; yo mismo conocí a Cristo en mi hermandad y creció mi amor a la Virgen. De aquí pasé a la parroquia”.

Recuerda igualmente con cariño la primera vez que el Señor le llamó: “Fue durante la JMJ de Madrid cuando sentí algo, casi de forma inconsciente”.

Eucaristía, palabra y oración

Pero tuvieron que pasar aun algunos años hasta que se lo comentara al delegado de la Pastoral Universitaria, mientras estudiaba la carrera de Historia. Éste le animó a participar en los encuentros vocacionales organizados por la Archidiócesis y a empezar un proceso de discernimiento con su párroco, Juan Jimena, quien le ayudó a afrontar las dudas “apoyándose en Dios, a través de la Eucaristía, la Palabra y la oración”.

Este sanluqueño confiesa que al principio sentía “pánico” porque desconocía todo acerca del Seminario y también vergüenza ante lo que pensaran los demás, pero reconoce que ahora tanto su familia como sus amigos “son mis mayores apoyos”.

Ser feliz sirviendo a los demás

Tras tres años como seminarista asegura que siente paz, “porque sé que Dios me guía” y destaca el buen ambiente con sus compañeros, jóvenes como él de los que aprende y en los que se apoya para ser fiel a la llamada del Señor.

En cuanto a la falta de vocaciones, opina que “pese a que hay tanto ruido en la sociedad actual, los jóvenes tienen dudas y esperan respuestas. También quieren ser escuchados”. Por eso, anima a todos aquellos que sientan esta inquietud a dar el paso, “porque el Señor te lo da para que seas feliz sirviendo a los demás, como Cristo hizo”.

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