“La Eucaristía, autopista hacia el cielo”: el beato Carlos Acutis y los milagros eucarísticos

Para cerrar el interesante ciclo que ha supuesto el V Encuentro Sacramental del Consejo de Hermandades y Cofradías de Sevilla, el sacerdote Luis Jiménez de Cisneros habló el martes 8 de junio sobre «Beato Carlo Acutis, el “ciberapóstol de la Eucaristía”. Fe, conversión y milagros eucarísticos», una ponencia de enorme valor espiritual y devocional sobre este joven apóstol contemporáneo de la Eucaristía.

Luis Jiménez reconoció al inicio de sus palabras que el encargo de esta disertación le ha supuesto la oportunidad de acercarse más a fondo para conocer a Carlos Acutis (1991-2006), beatificado en octubre de 2020 por el papa Francisco, y cómo él, acercarse a la figura de un santo o beato es lo segundo más productivo para el alma cristiana después de la Sagrada Escritura.

Sobre sus datos biográficos, recordó que fue un joven hijo de una familia italiana, aunque nacido en Londres en 1991. Se trataba de una familia inmersa en la tradición creyente y en la cultura cristiana, aunque vivían alejados de la práctica de la fe. Tuvo dos elementos importantes en el crecimiento de su fe: su educación en un colegio religioso y el tener una cuidadora polaca que era muy creyente, lo que hizo que a la temprana edad de cuatro años desarrollara un inusitado interés por lo religioso. A esa edad manifestaba una sed de Dios muy llamativa, lo que provocó que su madre se apuntara a clases de teología para poder conversar con su hijo; esta inquietud del hijo impulsó una conversión familiar y el acercamiento de la madre hacia el Señor.

Ciberapóstol

Como un joven de su edad, era amante de los animales, de la naturaleza, los viajes, el mar y de jugar a la play station. Tenía un gran sentido del humor con sus amigos, y con siete años solicitó recibir la Primera Comunión, para lo que el párroco, tras examinarlo, dio su autorización. Escribió varios diarios en su vida, entre los que se encuentran ya algunas frases célebres de su pluma, quizás la más conocida es: “La Eucaristía, mi autopista hacia el cielo”.

Y es que lo vertebral en su vida era la pasión por la Eucaristía y también le gustaban mucho las redes sociales e internet, por lo que se interesó por los milagros eucarísticos y durante varios años fue investigando información de cerca de doscientos de ellos, que recopiló en una web, donde mostró que estos hechos no eran algo del pasado, sino también algo contemporáneo. Esta web sigue en activo y muestra en más de veinte idiomas numerosos milagros eucarísticos de todo el mundo, teniendo, además, una faceta expositiva que ha recorrido multitud de países a raíz de la beatificación de su autor.

En la misma línea de amor por la Eucaristía y las nuevas tecnologías, editó algunos videos para jóvenes, como uno muy sencillo y didáctico sobre la transubstanciación del pan y del vino, que fue proyectado en la sesión y puesto de ejemplo de cómo expresar algo complejo por un chaval de tan corta edad.

También mostró una gran inquietud por la caridad, una preocupación por los pobres, y ya con sus primeros ahorros compra un saco de dormir para que un necesitado que conocía pase la noche. Y después de su muerte se pueden contar muchas anécdotas con los pobres de su ciudad.

En el verano de 2006 le dice a su madre que el Señor le llama a ser sacerdote. Sin embargo, entre septiembre y octubre de aquel año tiene molestias y rápidamente se le diagnostica una leucemia de gravedad. Ingresó en el hospital el 10 de octubre y el día 12 fallece. En su funeral es sabido como aparecieron numerosas personas que la familia no conocía: indigentes, personas de la calle, necesitados que él ayudaba, etc., todo con tan solo quince años de edad. En definitiva, nos encontramos ante “un joven que se ha dejado transformar por la Eucaristía y ha llevado el mensaje del evangelio al mundo de internet”.

Su fama de santidad comenzó a expandirse, y en el año 2010 un chico de Brasil con una enfermedad de páncreas, que le hacía rechazar todo lo que comía, se acoge a su intercesión para curarse, y un día vuelve a casa con hambre, comió abundantemente y ya no vomitó más. Había desaparecido la afección del páncreas que sufría desde los cuatro años. El milagro fue reconocido por los médicos y valió para la beatificación en 2020, en cuya ceremonia, que tuvo alcance mundial, fue definido por el papa Francisco como “ciberapóstol de la Eucaristía y de las nuevas tecnologías”.

Milagros eucarísticos 

La última parte de la disertación del padre Jiménez estuvo referida a los milagros eucarísticos, que habían sido motivo de estudio con sumo interés por Carlos Acutis en su web. Se considera que suceden cuando, además de cambiar la sustancia, cambia también la especie eucarística, generalmente el pan consagrado. Y por poner un ejemplo reciente, se detuvo en el de la ciudad polaca de Legnica, donde en la Navidad de 2013 una hostia consagrada cayó al suelo, y no se corrompió en el recipiente con agua donde fue depositada después, sino que se advirtieron en ella, tras dos pruebas de laboratorio, una mancha de sangre y restos de tejido humano de la zona del corazón con síntomas de muerte agónica, lo que ha hecho que tanto la Iglesia como el Obispo del lugar lo hayan reconocido oficialmente como un suceso milagroso relacionado con la Eucaristía.

“Los milagros Dios los concede para hacer crecer nuestra fe, como un acto de confianza nos regala estos signos para apoyar y fortalecer la fe”, señaló el ponente, añadiendo que “la importancia de los milagros no es el hecho en sí de que hayan ocurrido, sino lo que esto genera en nuestra alma, los frutos que producen”.

Como conclusión y síntesis de una conferencia de tanto interés, dejó la afirmación de que “los santos no son una reliquia del pasado sino una brújula para el futuro”. Carlos Acutis es un santo para el siglo XXI, “que no debe quedar en nuestra memoria como algo bonito o entrañable, sino que es una brújula para el futuro”. “Los santos interceden, actúan, se les pueden pedir gracias y las conceden, pueden acercarnos más a Dios y llegar así un día hasta el cielo”. “Y detrás de un santo hay muchos santos”, detrás de Carlos Acutis tenemos que recordar a la mujer polaca, al colegió religioso donde se formó, a tantos amigos…, el bien es contagioso y se propaga cuando lo hacemos, “por eso detrás de Carlos Acutis vendrán muchísimos más santos”.

Carlos fue santo porque “respondió a los dones que le dio el Señor y para ello tuvo a la Eucaristía. Nosotros también tenemos la Eucaristía y es una tarea maravillosa seguir adelante a ejemplo suyo”. Así finalizaron las palabras del sacerdote Luis Jiménez de Cisneros, cerrando este interesante ciclo eucarístico alrededor de la fiesta del Corpus Christi.

Isidro González

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