La vida es un regalo sagrado que debemos proteger

La vida es el gran regalo de este planeta. Nuestro sistema solar, asiento de la vida que conocemos en la Tierra, es una de las 200.000 millones de estrellas, con posibles planetas asociados, que hay solo en la Vía Láctea. La vida en nuestro planeta tuvo su origen hace 4.000 millones de años, y dicho origen sigue siendo un misterio, con hipótesis alternativas. La generación de la complejidad a partir de un ARN primitivo, del que no se sabe su origen de forma exacta, es hoy una cuestión debatida científicamente y fascinante en sí misma. La evolución de la vida posterior a su inicio en el planeta tiene una base sólida con evidentes puntos no conocidos suficientemente: la evolución no es cuestionable con los datos existentes hoy día. Pero hay mucho que estudiar.

Para los creyentes, tanto el origen de la vida como la evolución de la misma, siendo la especie humana el omega a partir de un alfa milagroso, emanan de un acto creador generando lo que se denomina de forma genérica la Creación. Para muchos científicos no hay contradicción entre un acto creador y la propia evolución. La evolución de la vida, a lo largo de un largo proceso, con muchas contingencias y sucesos catastróficos, como las extinciones, ha dado lugar a un elevado número de especies, incluida el ser humano, que de forma conjunta denominamos como Biodiversidad, en el marco planetario de la Biosfera. Una Biosfera que sostiene a la propia vida evolucionada en su seno, un milagro planetario.

Al menos tres de los Objetivos de Desarrollo Sostenibles de las Naciones Unidas (13, 14 y 15) velan de forma directa por la diversidad biológica global del planeta. Como ya hemos indicado, un planeta vivo soportado por la propia vida. La Unión Europea ha elaborado la Estrategia sobre la Biodiversidad para 2030, un plan para proteger biodiversidad que no solo incluye las incuestionables razones éticas para dicha acción, sino también la importancia que puede tener para ayudar a impulsar la necesaria recuperación económica de Europa, especialmente teniendo en cuenta el efecto de la COVID-19. La pandemia ha demostrado la complejidad del vínculo entre la salud humana y la salud ecosistémica. No es posible una adecuada salud humana y ecosistemas enfermos o facilitadores de enfermedades por la acción humana.

La vida en el planeta debe ser considerada como sagrada. La vida humana es absolutamente sagrada. No es concebible una acción humana que afecta la vida del planeta, lo que incluye al ser humano. La muerte de los seres humanos por razones económicas, el verdadero origen de todas las guerras, por poder, por acaparamiento de recursos y otras razones, no es explicable ni admisible. Igual que no es admisible ni la muerte gratuita y caprichosa de animales, da igual que sean elefantes o cotorras, tampoco es admisible el sufrimiento animal inducido por el ser humano. Tenemos, como seres conscientes, el deber de cuidar lo que genéricamente el mundo creyente llama la Creación. El Papa Francisco manifiesta que debemos ser co-creadores en un proceso que sigue de generación y mantenimiento de vida. Cuando damos migas de pan en un bar a esos gorriones hambrientos que se acercan a nuestra mesa somos co-creadores. La Carta Encíclica Laudato Si´ Sobre el cuidado de la casa común muestra mensajes muy claros. Animo de nuevo a todos a leer esta Encíclica, un documento imprescindible. Este planeta debe plantearse un mayor respeto por la vida. La Iglesia defiende la vida y debe ser así. La idea de que todos somos co-creadores de la vida y su mantenimiento en la Tierra es esencial hoy, a la vez que de gran belleza. Somos responsables del planeta y todo lo Creado, de acuerdo con la expresión de los creyentes, como el Principito era responsable de su rosa en el magnífico libro El Principito de  Antoine de Saint-Exupéry

Hace cinco años de la publicación de la Carta Encíclica Laudato Si´ y el mundo ha ido a manifiestamente a peor. ¿Por qué documentos de la importancia de Laudato Sí´ Sobre el cuidado de la casa común no transforman la realidad material del planeta? Hay una llamada muy clara al cuidado de todos por todos, que incluye a los seres humanos, que deben velar por ellos mismos, y por el cuidado del ser humano hacia el resto de la Biosfera.

 

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